En el mundo
Marcelino Champagnat, un joven sacerdote de 27 años, fundó, el 2 de enero de 1817, el Instituto de religioso con el nombre de Hermanitos de María y que hoy conocemos como la Congregación de Hermanos Maristas. Todo esto ocurre en La Valla, un pequeño pueblo francés donde la guerra revolucionaria había dejado en ruinas la vida de muchas personas y en especial la educación, sobre todo de los más pobres.
Desde ese día, Marcelino Champagnat acompañado por otros dos sacerdotes, decidieron perseguir un sueño “evangelizar a través de la educación a niños y jóvenes, especialmente a los más necesitados” y dedicó todos sus esfuerzos para convertir a esta Congregación en un instrumento de esa educación evangelizadora.
En el mes de noviembre de 1818, fundó la primera escuela en Marlhes, su pueblo natal. Así, desde hace más de 200 años los Hermanos Maristas tienen presencia en más de 80 países de los cinco continentes, llevando educación de calidad a miles de niños y jóvenes, inspirada en las virtudes de la Virgen María, nuestra Buena Madre, bajo el lema que nos dejó el Padre Champagnat “Todo a Jesús por María, todo a María para Jesús”.